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La reedición de la obra de Ildefonso Cerdá, Teoría general de la Urbanización y aplicación de sus principios a la reforma y Ensanche de Barcelona, constituye un verdadero acontecimiento en diversos ramos de la bibliografía científica nacional e internacional. En efecto, la obra de Cerdá, que tuvo consecuencias muy concretas, y a la vez muy discutidas, en la realización del Ensanche de la ciudad de Barcelona (1859), supone la primera exposici6n científica de una rama del saber que, en la actualidad, se conoce con el nombre de Urbanismo. En la obra de Ildefonso Cerdá se percibe el aliento poderoso de un autentico creador, del hombre que registra unas necesidades sociales — adecuación de las ciudades a las exigencias de la dignidad humana— y que pone en juego todos los conocimientos disponibles en su época para encontrar los medios indispensables que satisfagan aquellas necesidades.
En esta oportunidad, la condición de precursor debe atribuirse a Ildefonso Cerdá sin la menor vacilación, pues las obras de los especialistas europeos considerados como iniciadores del Urbanismo se publicaron mucho mas tarde. La reedición de la obra, publicada en Madrid por vez primera en 1867 y con cargo a recursos públicos, según acuerdo de las Cortes, servirá, sin duda, para facilitar a los estudiosos del Urbanismo y de la Arquitectura, de la Economía, la Sociología y la Historia en general, la consulta de unos textos que han sido rarísimos; recuérdese, tan solo, la utilidad que para los historiadores representa la "Monografía estadística de la clase obrera de Barcelona en 1856", comprendida en el tomo II de la obra. Lo mismo cabe afirmar con respecto a los demás cultivado-res de las Ciencias Sociales.
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ResponderEliminarLa reedición de la obra de Ildefonso Cerdá, Teoría general de la Urbanización y aplicación de sus principios a la reforma y Ensanche de Barcelona, constituye un verdadero acontecimiento en diversos ramos de la bibliografía científica nacional e internacional. En efecto, la obra de Cerdá, que tuvo consecuencias muy concretas, y a la vez muy discutidas, en la realización del Ensanche de la ciudad de Barcelona (1859), supone la primera exposici6n científica de una rama del saber que, en la actualidad, se conoce con el nombre de Urbanismo. En la obra de Ildefonso Cerdá se percibe el aliento poderoso de un autentico creador, del hombre que registra unas necesidades sociales — adecuación de las ciudades a las exigencias de la dignidad humana— y que pone en juego todos los conocimientos disponibles en su época para encontrar los medios indispensables que satisfagan aquellas necesidades.
En esta oportunidad, la condición de precursor debe atribuirse a Ildefonso Cerdá sin la menor vacilación, pues las obras de los especialistas europeos considerados como iniciadores del Urbanismo se publicaron mucho mas tarde. La reedición de la obra, publicada en Madrid por vez primera en 1867 y con cargo a recursos públicos, según acuerdo de las Cortes, servirá, sin duda, para facilitar a los estudiosos del Urbanismo y de la Arquitectura, de la Economía, la Sociología y la Historia en general, la consulta de unos textos que han sido rarísimos; recuérdese, tan solo, la utilidad que para los historiadores representa la "Monografía estadística de la clase obrera de Barcelona en 1856", comprendida en el tomo II de la obra. Lo mismo cabe afirmar con respecto a los demás cultivado-res de las Ciencias Sociales.