domingo, 8 de noviembre de 2009

Indemnizaciones judiciales
Montaña Rayada: crónica de otro pelotazo

La promotora logra 33 millones sin mover una piedra por un suelo que compró a 4 pesetas el metro


Los vaivenes en la ordenación territorial de la dictadura a la democracia, un marco jurídico favorable a las promotoras, los errores del principal órgano de control del Gobierno canario y las técnicas especulativas de unos empresarios han desencadenado uno de los casos más increíbles de la historia reciente de las Islas: gracias a una decisión judicial, una promotora va a cobrar 33 millones de euros (es decir, 5.498 millones de las antiguas pesetas) a cuenta de las arcas públicas por algo que le costó 55.534 euros (9.252.000 pesetas). Lo va a hacer, y va a ver así multiplicado por 6.000 el valor inicial de los terrenos adquiridos, sin haber presentado un solo proyecto, sin haber movido una sola piedra. ¿Qué es Montaña Rayada? ¿Cuándo empezó todo? ¿Por qué semejante pago sin que la promotora moviera un grano de arena? Montaña Rayada es la sociedad que compró, entre finales de los 60 y principios de los 70, 2.313.000 metros cuadrados en un paraje del que tomó la denominación. Se sitúa al sur del hotel Los Gorriones, lindando con la Playa de Sotavento, en Jandía: dunas y montículos de gran valor medioambiental que se mantenían vírgenes. Montaña Rayada SA paga en ese momento cuatro pesetas por metro cuadrado porque los terrenos eran rústicos y no se podía construir. Se trataba de la típica maniobra cazapelotazos.La parcela de Jandía encajaba perfectamente en la filosofía desarrollista del franquismo. Así, la Comisión Provincial de Urbanismo aprueba en octubre de 1974 el Plan Especial de Ordenación Turística (PEOT) de Montaña Rayada, que la sociedad había elevado dos años antes. El PEOT conlleva que el suelo pasa a urbanizable, con lo que la promotora cumple con su propósito. Sin embargo, Montaña Rayada SA no eleva ningún proyecto en los siguientes tres años, con lo que no hace valer sus derechos. Por eso, el Ayuntamiento de Pájara rebaja en 1977 la calificación a "suelo urbanizable no programado" en el Plan General de Ordenación (PGO), un paso que limita su maniobrabilidad de la empresa. Lo peor estaba por llegar. En diciembre de 1993, el Ayuntamiento de Pájara aprueba provisionalmente el PGO, teniendo que adaptarlo a la Ley de Espacios Naturales de 1987, que incluye Montaña Rayada en el Parque Natural de Jandía. El nuevo marco municipal, así como el Plan de Ordenación de Fuerteventura aprobado inicialmente en 1999 y ratificado por la Comisión de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente (Cotmac), cambian otra vez la calificación: de "suelo urbanizable no programado" pasa a "Zona A-Suelo Rústico Especialmente Protegido".La sociedad Montaña Rayada pierde toda opción de urbanizar los dos millones de metros cuadrados. Primero pide por vía judicial que la parcela recupere su antigua calificación, pero ya es imposible. Le queda el derecho a reivindicar una indemnización. El Tribunal Superior de Justicia de Canarias accede y evalúa en 29.352.289 euros, más intereses, la compensación.

http://www.laprovincia.es/canarias/2009/11/08/montana-rayada-cronica-pelotazo/268135.html

2 comentarios:

  1. Falta decir que la indemnización fue considerando el suelo URBANIZABLE sin la categoría de No programado.
    De todas formas creo que es necesaria una intervención inmediata para evitar estos errores por parte de la Administración.
    Hay una gran ignorancia no sólo en la sociedad sino también en los propios funcionarios, que luego son los que contribuyen a causar estos disparates.

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  2. No solo la culpa es de los funcionarios, si no también de los jueces. Que sentencia tras sentencia dan el dinero del pueblo a los empresarios. Lo peor de todo esto es que si dentro de 10-15 años ese suelo vuelve a ser urbanizable la empresa podrá construir y esto de repartirse un botín de 33 millones habrá sido agua pasada.

    Me parece increíble que por no poder especular con el suelo se pueda pedir indemnizaciones.Si le salió mal la jugada, lo siento. La empresa compró un terreno rústico, no hizo ni un agujero en él y ahora no es que le den lo que le costó en su momento si no 33 millones de euros. Le estan pagando la posible rentabilidad que la empresa obtendría construyendolo, creo que lo normal sería pagarle el precio del suelo actual.

    Es como si al comprar un terreno rústico el propietario nos lo vendiera por el supuesto aprovechemiento que podríamos hacer de él y no por el propio valor del suelo.

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