miércoles, 4 de noviembre de 2009

Dieciséis playas de la Isla no tienen garantías de seguridad

Los alcaldes del Norte reconocen que es muy difícil controlar el desplome de rocas en todas las zonas de baño

La tragedia que tuvo lugar el pasado fin de semana en la playa de Los Gigantes, en el municipio de Santiago del Teide, ha vuelto a poner sobre la mesa el debate acerca de la seguridad en las zonas de baño de la Isla. Así, al riesgo de desprendimientos existente en las laderas anexas a algunas de las playas, se suma lo inadecuado de los accesos a algunas de ellas, que en algunos casos no sólo no reúnen condiciones de seguridad, sino que se encuentran tan deteriorados que sólo pueden calificarse como peligrosos.De esta manera, las playas del norte de Tenerife no ofrecen las garantías suficientes a la hora de evitar peligros de desprendimientos de rocas sobre las zonas de baño, tal y como ocurrió en el desgraciado accidente de Los Gigantes. En este sentido, la costa Norte, por sus características geológicas, presenta una orografía escarpada, teniendo la mayor parte del litoral playas de arena negra, producto de la erosión marina que han sedimentado las coladas de lava volcánica. Así, se da la circunstancia de que la mayoría de las zonas de baño, exceptuando el municipio de Puerto de la Cruz, se encuentran ubicadas al pie de acantilados o de ingentes masas rocosas. Los Realejos es un ejemplo de ello. La zona de baño más usada por los vecinos es la playa de El Socorro: una extensión costera que se encuentra flanqueada por un acantilado. Al respecto, el alcalde de Los Realejos, Oswaldo Amaro, reconoció que la playa de El Socorro tiene peligros de desprendimientos. "Está claro que hay algunas piedras que se pueden caer, pero tomas las zonas costeras de nuestro municipio tienen las medidas de seguridad necesarias para evitar accidentes como señalizaciones y zonas acotadas". Respeto a las prohibiciones. El responsable municipal advirtió de que las citadas medidas seguridad se tornan insuficientes "si los bañistas no respetan las prohibiciones". En este sentido, Amaro explicó que para los consistorios las medidas de seguridad en las playas son un problema ya que "son zonas en donde la Dirección General de Costas tiene las competencias y siempre nos ponen trabas a la hora de realizar cualquier obra de mejora". Para el alcalde de Los Realejos, ocurre los mismo con los movimientos ecologistas. "Es necesario realizar obras de acondicionamiento pero basta que los propongas, para que te critiquen los colectivos ecologistas, por lo que la solución del problema no es tan sencilla". Al contrario de lo que ocurre en la playa de El Socorro, las zonas de Los Roques –también ubicadas al pie de acantilados– carecen de medidas de seguridad que sean capaces de evitar un eventual derrumbamiento de sedimentos sobre la zona de baño. Ésta circunstancia se repite en la playa de Castro ubicada en la desembocadura del barranco del mismo nombre, en donde no existe ningún tipo de medida de seguridad, como redes de contención. "Hay cosas que no se pueden evitar, no podemos cerrar las playas pero sí apelar a la responsabilidad de los bañistas para que respeten las zonas acotadas", indicó Oswaldo Amaro.Otro de los municipios en donde se localizan playas con un evidente riesgo de desprendimientos, es la Villa de La Orotava. La salida al mar de esta localidad se localiza en la zona conocida como El Rincón, en donde se ubican tres playas: el Bollullo, Los Patos y El Ancón. El riesgo es mayor en las dos últimas. La inexistencia de un acceso adecuado para albergar grandes cantidades de bañistas, han hecho de estas zonas de baño un remanso de paz para surfistas y vecinos que huyen de las aglomeraciones. Casetas. Sin embargo, y a pesar de que las acampadas están prohibidas, son muchos los que deciden plantar sus casetas de campaña al pie del acantilado; una zona en la que son numerosos los desprendimientos de rocas, algunas de ellas de grandes dimensiones. En este sentido, estas playas carecen de vigilancia y de las medidas de seguridad necesarias, no habiendo ningún tipo de señal o prohibición en las zonas cercanas a los acantilados. Un ejemplo de la peligrosidad existente en las zonas de baño de los municipios del Norte, es la playa de Santo Domingo en La Guancha. La alcaldesa de la localidad, Elena Luis, explicó que la playa de Santo Domingo lleva más de tres años cerrada al público debido a los desprendimientos de rocas. "Es una zona muy peligrosa, porque los taludes son enormes y caen continuamente piedras de gran tamaño. Por ello, el Ayuntamiento de La Guancha en colaboración con Costas y el Gobierno de Canarias decidimos cerrar esta playa". A pesar de los carteles de prohibición, en ocasiones algunos bañistas se aventuran a permanecer en la playa, poniendo en grave riesgo su integridad física. "En esos casos, no podemos controlar que la gente no respete las señales y ocurra un accidente", explicó Elena Luis. Preocupación. En Icod de los Vinos, ha sido el propio consistorio el que ha dado la voz de alarma. La pasada semana, dos días antes de la tragedia de Santiago del Teide, el Ayuntamiento de Icod de los Vinos emitía un comunicado de prensa expresando su preocupación por los posibles desprendimientos de piedras en la playa de San Marcos. El edil de Urbanismo, Francisco González, ha incidido en la necesidad de tomar medidas de seguridad urgentes en el Camino de Las Barandas. "Se trata de una zona en la que se vienen produciendo desde hace años, peligrosos desprendimientos de roca que afectan a la playa de San Marcos", señaló. En el Sur de Tenerife, las playas habilitadas para el uso de bañistas no presentan peligro alguno por su orografía. En principio, son playas tranquilas, al tratarse la mayoría de playas artificiales, como en Arona y Adeje. Tienen poco oleaje y escasa resaca a excepción de playa La Arena, en Santiago del Teide. La playa de Los Guíos, en el Acantilado de Los Gigantes, perteneciente también a Santiago del Teide, y donde desgraciadamente el pasado domingo perdían la vida dos mujeres, no presenta, no obstante, mayor problema ni para el baño ni para la accesibilidad. En cambio, supone una amenaza constante para la seguridad de los bañistas, debido a los desprendimientos de rocas del propio acantilado. Lo mismo sucede en la playa de La Tejita, en El Médano, Granadilla de Abona, donde también este año, concretamente el 26 de febrero de 2009, perdía la vida un ex guardia civil de 36 años de edad, aplastado por el desprendimiento de unas piedras de gran tonelaje de Montaña Roja cuando salía del agua.La alcaldesa de ese municipio, Carmen Nieves Gaspar Rivero, reconocía ayer que esa playa es un lugar a considerar de inmediato para mejorar las medidas de seguridad. Unas medidas que, en este caso, por tratarse de un paraje natural protegido, no dependen únicamente del Ayuntamiento de Granadilla de Abona, al menos en lo que "respecta a una señalización más adecuada ", resaltó la edil, en relación a la colocación de carteles que avisen del peligro existente más allá de la zona habilitada con sombrillas y hamacas. "Por parte del Ayuntamiento, la medida que se adopta por el personal de seguridad, es la de avisar de viva voz a los bañistas de que hacia el lado de la montaña se producen desprendimientos, y se corre un cierto peligro", indicaba la alcaldesa, a la vez que recordaba que Costas y el Cabildo son las administraciones responsables del paraje.

http://www.laopinion.es/tenerife/2009/11/04/dieciseis-playas-isla-garantias-seguridad/253013.html

4 comentarios:

  1. La mayoría de playas de la isla de Tenerife, exceptuando unas cuantas del sur, se encuentran a pie de un acantilado. Esto conlleva a la gran posibilidad de desprendimiento de rocas, por las cuales se produce un alto grado de peligrosidad en las mismas.

    Desde el pasado accidente en los gigantes, el miedo a estos derrumbes se ha visto incrementado. Y es que en muchos puntos de la isla, se hace muy difícil actuar ante esta clase de problemática, puesto que la Ley de costas lo impide. Sin embargo, cito la playa de las Teresitas, donde si se ha procedido a la instalación de mayas protectoras. Aún así, no es medida suficiente para evitar otro accidente.

    Visto lo visto, es necesario implantar medidas de seguridad que puedan prevenir cualquier desprendimiento, pues no se trata sólo de advertir a los bañistas, sino de velar por su seguridad. Porque si no, ¿qué es lo que se pretende? ¿que no podamos ya ni ir a nuestras playas?

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  2. Como bien dice Laura, se deberían realizar mejoras en cuanto a los desprendimientos de rocas en dichas playas, ya que es un riesgo constante al que estamos sometidos.

    Quizás se deberían aprovechar otras playas con menos riesgo, o habilitar accesos a las mismas para potenciar su uso, e intentar no visitar tanto las que contengan mas riesgo.

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  3. El artículo da comienzo con una realidad que, al igual que la seguridad en las playas, también debería ser tema de reflexión, con ello hago referencia a: "La tragedia que tuvo lugar el pasado fin de semana...ha vuelto a poner sobre la mesa el debate acerca de la seguridad en las zonas de baño…”, pues al parecer, tiene que ocurrir un accidente, preferiblemente mortal, para que se hable y se realicen las intervenciones adecuadas al tema referido.

    De la misma manera, expresa una gran lista de las diversas playas cuya accesibilidad o estancia supone un peligro para el ser humano, un ejemplo de ello, aparte de todos los nombrados, es la playa de Antequera, perteneciente al municipio de Santa Cruz de Tenerife, la cual debido a su posición aislada solo se puede llegar mediante barco o realizando una caminata de al menos tres horas y media, de esta última hay que destacar el peligro que existe, entre otros, de perderse ya que la ruta correcta no se halla bien señalizada.

    Tal y como expresan mis compañeros Laura y Christian, deberían, en consecuencia del gran número de playa con estas condiciones, tanto por parte de los Ayuntamientos a los que pertenecen, la Dirección General de Costas y el movimiento ecologista realizar un gran esfuerzo para resolver estos problemas, puesto que no m parece admisible conformarse con reconocer las posibles desavenencias que existen entre éstos, o intentar disculparse ante la falta de actuación dándole la responsabilidad los otros.

    Así pues, reclamo que la vida de las personas valen más que unas simples discrepancias entre distintas administraciones y que la colocación de carteles no son suficientes en todos los casos.

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  4. estoy de acuerdo con christian en que se deberia aprovechar otro tipo de playas para la tranquilidad y el disfrute , porque es imposible que las personas sigan los consejos de prohibicion ya sea una cinta, ya sea un cartel y solo con un policia montando guardia dia y noche evitariamos estos sucesos, si son playas peligrosas hasta que no se mejoren las condiciones que las mantengan cerradas, en un intento de evitar estos sucesos

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