Los empresarios aseguran que "la inversión cero" es el estado de la actividad al día de hoy -Veinte de cada cien parados registrados en Canarias se corresponden con el sector de 'ladrillo'
El desplome de la compraventa de viviendas (con un descenso superior al 30% hasta agosto) y el stock de pisos sin vender (más de 60.000 unidades) junto a los problemas de financiación, están marcando el parón constructor en el sector. "Los problemas de financiación son acuciantes", continúa Gil, quien confía en que "el grifo del dinero se vaya abriendo porque lo que no puede ser es que haya muchos empresarios que dependen de una pequeña inyección económica para poder subsistir y mantener sus plantillas vivas".
La patronal señala que atrás queda la construcción de hasta 30.000 viviendas anuales de otros tiempos. La imagen en los grandes centros urbanos es la misma: grúas totalmente paradas, obras cerradas y otras que se desmontan, solares en barbecho, esqueletos de edificios abandonados, y alguna que otra invasión de aceras por vallas, acumulación de escombros y ausencia de ruidos. Éste es el nuevo paisaje que ofrece una gran parte del sector que se dedicaba a la construcción de viviendas. El motivo principal: la crisis y la debilidad de la demanda. Aparte, mucho de los constructores no tienen capacidad para seguir adelante o no quieren acabarlas porque la venta está por los suelos.
Además, el número de renuncias presentadas por los arquitectos a proyectos que dirigían, porque las obras se paraban, se ha disparado en los últimos meses de este año. "Es la cruda realidad", se lamenta la presidenta de los constructores, "cada vez hay más obras paradas o trabajando al ralentí". Algo que afecta directamente al empleo del sector en todo el Archipiélago. De hecho, 20 de cada cien trabajadores en desempleo en las Islas corresponden a la actividad del ladrillo.
Así, hasta el pasado mes estaban registrados en las listas del paro casi 49.000 desempleados. El cálculo de cuántas obras pueden estar ahora paralizadas tampoco lo tiene el gremio de constructores, ya que en muchos edificios, sobre todo de viviendas, se acaba la estructura, se cubre y paran. Esto suele ocurrir cuando se ha agotado la financiación para seguir construyendo el inmueble.